El duelo es un viaje, un viaje íntimo y solitario donde podemos encontrarnos con otros viajeros, los cuales, a pesar de estar realizando un mismo recorrido, sus vivencias y percepciones dependerán de la carga que lleven en la mochila, es decir, de las experiencias vividas hasta ese momento.
Podemos buscar información sobre las etapas del duelo, podemos asesorarnos, podemos hablar con personas que se encuentren en una situación similar, podemos ir a terapeutas o profesionales, todo ello útil y en muchas ocasiones necesario pero… nadie puede caminar por nosotros, nadie puede vivir por nosotros. La decisión de caminar y de seguir avanzando supone una decisión íntima, solitaria con uno mismo.
Este hecho es importante a la hora de acompañar, que no es lo mismo que el de guiar.
Cuando alguien al que apreciamos está pasando por un momento difícil de su vida, como puede ser la vivencia de un duelo o pérdida significativa, sin ser necesariamente la muerte de un ser querido, la tendencia de los que se encuentran en su entorno es la de querer guiar e incluso organizar su vida con la intención de ayudar . Esta necesidad de ayudar, ha de ser revisada constantemente y se ha de estar alerta en no entrar en la creencia generalizada de que cuanto más hagamos más útiles somos pues en muchas ocasiones el constante hacer, aconsejar y guiar, en realidad, es una reacción inconsciente para no sentirnos impotentes ante situaciones donde la mayoría no hemos sido educados.
Tuve la fortuna de asistir a este taller y es altamente recomendable, tanto por el elevado nivel de conocimientos que transmite como por la experiencia interior y, a la vez, práctica, que genera. Muchas gracias.
Me gustaMe gusta
Gracias Ana, por tu comentario y aportaciones
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en Frases que me Inspiran… y comentado:
Estoy de acuerdo con lo q expones sobre esta diferencia. Me gusta este blog…
Me gustaMe gusta